sábado, 28 de abril de 2018

Nadie tiempo para leer a menos que…


Mucho se opina por estos días sobre la falta del hábito de la lectura que tienen las personas en general y sobre los niños especialmente en el colegio. Más allá de los distintos tipos de opinión en el tema, los amantes del papel que consideran que sólo se lee si el formato es físico y los lectores de contenidos digitales en su amplio espectro que defienden su acción debe también de ser considerada, es interesante analizar si realmente leer quedó fuera de moda y también entender como las formas de consumir conocimiento han cambiado con los años.
Desde el punto de vista de la gestión del conocimiento la máxima “Nadie tiempo para leer” debería ser reformulada a “Nadie tiene tiempo para leer a menos que le interese el tema”. Esto quiere decir en realidad que, sí existe el hábito, pero debe acompañado de un propósito que motive a lectura. Además, dentro del mundo de la lectura, se recorre un camino ascendente en la exploración de contenidos hasta llegar al libro que puede ser digital.
El ritmo acelerado de vida que llevamos y también la rapidez de la tecnología ha hecho que nos acostumbremos a buscar contenidos sintetizados para realizar ciertas tareas. Por ejemplo, si quiero aprender a hacer pan baguette, probablemente el camino más fácil para lograrlo sería viendo un video en la web de un chef que explique cómo hacerlo. Poca gente se le cruzaría por la cabeza ir comprar un libro para hacer esto. Es decir que primero y por instinto se busca consumir conocimiento sistematizado y expuesto de la forma más sencilla posible. Esto es algo lógico, no tiene sentido perder tiempo leyendo un montón de material si con un video de 3’ es posible resolver el problema.
Pero luego de ver unos cuantos videos si lo que se quiere es profundizar la información, automáticamente habrá que cambiar de formato para consumir más conocimientos. Entonces hay mucha probabilidad de que se encuentren podcast, infografías, noticias, blogs, artículos, papers. Si se ha recorrido todo este circuito y aún sigue el interés en especializarle, el próximo formato a explorar es el libro. Y los libros en la actualidad se buscan y consumen virtualmente, es mucho más rápido, fácil, ecológico y económico. Pero claro, hay personas que aún le gusta la sensación de tener el papel en la mano.
En conclusión, la hipótesis es que la gente quiere leer y estudiar, pero sobre las cosas que realmente les interesan. De acuerdo a esa motivación irán hasta las últimas consecuencias (libros) para adquirir conocimientos. Entonces si se quiere inculcar la lectura en la sociedad desde las instituciones educativas sólo hace falta buscar el sentido al aprendizaje.
“Nadie tiempo para leer a menos que este motivado por hacerlo”

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