viernes, 28 de julio de 2017

Dimensiones del cambio en la innovación educativa


Cuando las instituciones educativas están alineadas al viejo paradigma educativo y tratan de mantener una línea académica anticuada por miedo de perder el control y por otro lado dentro de la clase los educadores notan que no se logran buenos resultados, es momento de realizar una innovación sin salir de los límites.
Para realizar innovaciones dentro del aula se pueden realizar cambios en el orden, fusiones, combinaciones o traer componentes nuevos a 8 dimensiones básicas que cruzan transversalmente la tarea docente. Estas son las dimensiones del cambio en la innovación educativa: - Metodologías - Dinámicas - Tiempo - Roles - Contexto - Materiales - Tecnología - Comunicación
Cualquier modificación o rediseño que se realice sobre alguna o varias de estas dimensiones desencadenará un proceso de reflexión e innovación. Luego se deberá poner en práctica y medir los resultados y aplicar procesos de mejora.

miércoles, 26 de julio de 2017

¡Esto no se puede!... Innovar en educación sin salir de los límites


La innovación en educación resulta ser un arte cuando las instituciones se aferran al viejo paradigma. Dependiendo de la madurez que tenga el establecimiento, un educador podrá (o no) buscar tranquilamente y con apoyo nuevas formas de enseñar que mejoren la calidad del aprendizaje. Un abordaje para instituciones con algún grado de flexibilidad es la estrategia del “punto medio”. Es decir que se busca “estresar” a la organización en el momento justo, cuando se dan las condiciones exactas para la innovación.
El dilema surge cuando las instituciones son extremadamente ortodoxas, ¿Qué sucede si una institución educativa no permite ir más allá de los límites en la innovación?
Innovación sin salir de los límites
Muchas veces la innovación se entiende como algo totalmente nuevo y por lo tanto se busca fuera de los límites que nos impone el entorno, en este caso lo que la institución educativa considera un “proceso estable”. Cuando los límites son marcados y no pueden ser traspasados es conveniente tomar conciencia de lo que sí es posible hacer sin sobrepasar las fronteras.
Diseñar innovaciones dentro de los límites es tan efectivo como hacerlo fuera de ellos. El gran desafío está en escapar de la visión tradicional, donde el proceso de enseñanza aprendizaje se sucede como una única línea recta sin alternativas y donde lo novedoso o distinto surge justamente fuera de los umbrales de ese proceso.
Innovar sin salir de los límites es comprender que el recorrido de enseñanza aprendizaje que se desarrolla en clase no necesariamente tiene que ser lineal y que se puede modificar tanto como se necesite. Se debe comprender lo que es posible hacer dentro de los límites y trabajar para encontrar nuevos materiales, dinámicas, interacciones, movimientos que produzcan nuevos resultados. Innovar dentro de los límites es una oportunidad para que el educador pueda empoderarse y liberarse de las ataduras que se autoimpone al sentirse limitado institucionalmente.
Es posible reformular la linealidad del proceso enseñanza aprendizaje tradicional reflexionando sobre:
  • Cambios en el orden
  • Fusiones, combinaciones
  • Agregando o quitando elementos
En realidad no existen reglas para innovar dentro de los límites. Todo queda en la inteligencia y el empeño que ponga el propio educador para llevar adelante un proceso de enseñanza aprendizaje moderno y centrado en el estudiante.
“La sociedad reclama una nueva educación pero en realidad no se aceptan los cambios en las instituciones educativas”

viernes, 14 de julio de 2017

¿Por qué el educador debe saber de personalidades?


La educación es el motor más importante que tiene el ser humano para alcanzar la libertad. La libertad suprema se consigue con el dominio de la propia personalidad y es justamente aquí donde la educación actual debe poner el foco para innovar.
Una persona que logró libertades estando, paradójicamente, encarcelado fue Nelson Mandela. Quien utilizó los 27 años que estuvo en prisión para estudiar y aprender de sí mismo en vez de quejarse, culpar a los demás o tomar revancha.
“La celda es el lugar idóneo para conocerte a ti mismo. Me da la oportunidad de meditar y evolucionar espiritualmente" (Mandela)
Si se está de acuerdo que la libertad se alcanza con el conocimiento de uno mismo, los educadores deberíamos enseñar a los estudiantes a ganar batallas sobre sus personalidades; porque es allí donde están las barreras que impiden el aprendizaje real y la preparación para afrontar cualquier reto futuro de cualquier índole. Toda batalla ganada a la propia personalidad crea automáticamente en el ser humano virtudes y/o competencias, que son fundamentales en un mundo donde la técnica está al alcance de un click.
Todos los mecanismos que se pongan en práctica para trabajar la personalidad de los estudiantes deben necesariamente ser comprendidos e internalizados en la propia personalidad del educador. Por lo tanto, enseñar se convierte en un acto de aprendizaje y conocimiento mutuo para educador y estudiante.
Dos caras de una misma verdad
La mayoría de las veces la personalidad crea limitaciones y comportamientos que afectan el desarrollo de la persona y su aprendizaje. Pero también existe otra cara de la moneda. Cada personalidad tiene escondidas ciertas fortalezas, virtudes, comportamientos, gustos y motivaciones que pueden ser invisibles a la propia persona y que si se descubren pueden ser importantes motores en ciclo de aprendizaje. Si el educador trabaja durante el cursado en el aspecto positivo de la personalidad se pueden obtener resultados increíbles.
No sólo la personalidad individual
La teoría general de sistemas expresa que un conjunto de elementos también funciona como un todo, adquiriendo y dando formas a nuevas características. En la clase, no sólo se convive con las personalidades individuales sino que existen grupos de estudiantes que forman una nueva personalidad colectiva. El conocimiento de cada personalidad individual y colectiva es de vital importancia para trabajar en pos de la superación personal y grupal, el desarrollo de competencias y el aprendizaje. Cada educador debe “mapear” (es decir conocer/descubrir) estas personalidades durante la convivencia educativa y seleccionar estrategias, herramientas y métodos que permitan actuar alineadamente a cada una en la búsqueda del conocimiento.
¿Cómo afloran las personalidades?
La clase es un laboratorio propicio para que afloren las personalidades, sólo es cuestión de estar atento y romper las barreras que existen entre el educador y estudiante. Las personalidades afloran de los diálogos y de las dinámicas que se generan en las clases, pero especialmente de los momentos de tensión. Las entregas de tareas y/o trabajos prácticos, fechas finales, los conflictos, etc.
Cuando los grupos son pequeños, es más sencillo detectar las personalidades por el contacto directo a través del diálogo. Cuando los grupos son numerosos, el proceso es más lento y cada personalidad va aflorando con el tiempo.
Claves para trabajar las personalidades en clase
  • Adoptar herramientas que permitan descubrir la personalidad, sus fortalezas y debilidades.
  • Avanzar en el conocimiento personal para luego avanzar en el conocimiento de los estudiantes y los grupos.
  • Cercanía con los estudiantes o disponer de un periodo de tiempo razonable con el grupo.
  • Generar espacios de confianza.
  • Generar una cultura de diálogo.

viernes, 7 de julio de 2017

Innovar en educación sin que te echen


Muchos reclaman que la educación debe cambiar, reclaman mayor creatividad, innovación y mayor tecnología en las aulas. La cuestión es que toda la presión termina por recaer en el educador, que debe implementar cambios en medio del desconcierto generalizado de rumbo educativo. Dentro del abanico de opciones que un educador puede tomar en esta realidad hay dos rumbos bien marcados. El primero es el de los tradicionalistas, que creen que no es necesario ningún cambio. Estos educadores habitualmente se quejan de lo mal que estamos en los niveles educativos, que los alumnos ya no respetan y que todo tiempo pasado fue mejor. Se sienten más seguros en las clases magistrales, donde no vuela ni una mosca y donde el educador debe saber absolutamente todos los aspectos del tema para tener el control total en el aula.
Por otro lado los entusiastas de la innovación educativa que buscan constantemente aprender y aplicar nuevos métodos, herramientas y tecnologías en el aula. Muchas veces son vistos como demasiado entusiastas, exagerados y poco entendido por los colegas. Este innovador es percibido en ocasiones por la dirección como una molestia porque suele traspasar los límites de lo conocido y estable. En cambio con los alumnos si existe una conexión especial, un lazo que se va afianzando pero que para crecer demanda afrontar mayores riesgos en un sistema anticuado.
Parecería que el segundo caso es el perfil que se necesita para crear cambios en el modelo educativo pero no es así. Los mayores avances en las instituciones se dan con aquellas personas que se mantienen en la línea de los límites institucionales, justo al centro. Desde esa posición se puede observar el lado donde se es tradicionalista y el lado donde se es innovador. La clave está en cómo moverse hacia un lado y hacia otro dependiendo del contexto y de las oportunidades pero siempre volviendo al punto medio. Cualquier exageración hacia los extremos es negativa.
Es decir que se debe “estresar” a la organización en el momento justo, cuando se dan las condiciones exactas para la innovación. Ese momento puede ser:
  • Cuando se produce una acción ganar-ganar con la institución, se benefician todos los involucrados.
  • Con el apoyo/petición de la dirección
  • Con el apoyo de un conjunto de colegas que legitiman la acción ante la institución
  • Por pedido/reclamo de los estudiantes
  • Por razones obvias que surgen del contexto. (Ejemplo: si los alumnos no pueden llegar a la institución por “x” razón, es un oportunidad para usar videoconferencia...)