lunes, 24 de octubre de 2016

¿Es posible una educación sin educadores? Tecnología y Futurología


La tecnología está introduciendo cambios en todos los ámbitos y se prevé que en el plazo de 5 a 10 años impacte radicalmente en la educación. De tal calibre serán estas transformaciones que dejarán en jaque a aquellos educadores que no puedan adaptarse, especialmente a los que trabajan en educación superior. No estoy hablando de iniciativas como las de los cursos abiertos masivos MOOC que están avanzando y expandiéndose a través de articulaciones entre las instituciones educativas, el estado y las empresas, entre otros. Tampoco hablo de las tecnologías disruptivas como la realidad virtual o la realidad aumentada, que en la actualidad están creciendo y que su masificación en las aulas será inminente. De lo que estoy hablando en realidad es de la inteligencia artificial, el aprendizaje de máquina y el big data. Intentaré a partir de ahora explicar cómo estas tecnologías afectarán a la educación y como nos obligarán a repensar el rol del educador en el aula.
Big data: Los dispositivos electrónicos generan grandes cantidades de datos sobre nuestro comportamiento, la forma en que nos comunicamos, qué compramos, a dónde viajamos y también cómo aprendemos, entre otros. Si toda esta información masiva es procesada con técnicas adecuadas, es posible inferir ciertos comportamientos o tomar decisiones que pueden afectar nuestra vida (positiva o negativamente). El big data tiene el potencial de transformar la educación porque si es debidamente utilizado, es capaz de comprender cómo aprendemos mejor.
Inteligencia artificial(IA): Este término que hace 20 años parecía algo futurista es en la actualidad una realidad. Básicamente la IA se trata de máquinas que pueden aprender y tomar decisiones sin necesidad de intervención humana. Aquí no solo entran los robots sino también los dispositivos inteligentes como los chat bots y los agentes digitales, entre otros. Los agentes digitales, aquellas aplicaciones que les hacemos preguntas y nos responden, serán los transformadores de la educación. Estas aplicaciones que van evolucionando día a día, serán lo suficientemente inteligentes para responder cualquier pregunta y aún más, podrán resolver nuestros problemas en base al big data analizado y acumulado con los años. A tal punto que sabrán más que nuestra propia madre! En un futuro muy cercano tendremos un maestro literalmente “sabelotodo” en nuestro smartphone y será capaz de enseñarnos lo que necesitemos en el momento justo y con sólo pedírselo verbalmente. Es así como el educador tal cual lo conocemos será absolutamente prescindible a no ser que el sistema educativo se transforme y comprenda esta nueva realidad.
¿y entonces qué enseñamos?
Si cualquier aparatito tendrá mucha más información almacenada que nosotros, la pregunta que surge inevitablemente es ¿qué enseñamos? La respuesta la encontramos en lo inherente al ser humano, la parte social, la gestión de uno mismo, el conocerse y conocer a los demás. La propuesta educativa en un mundo automatizado es la desautomatización del ser, trabajar con lo que realmente es perdurable y no puede ser alcanzado apretando un botón.


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